Es un hecho
indiscutible que la tecnología ha cambiado aspectos tan importantes de nuestra
vida como la democratización de la información y el acceso al conocimiento, la
forma de comunicarnos con nuestro entorno o la forma en que procesamos la
información que recibimos.
En el ámbito
de las personas con necesidades específicas, el uso de las TIC ha provocado
también una revolución, aportando soluciones a dificultades concretas,
facilitando el día a día de muchas personas.
Personalmente
creo que, en el ámbito de las personas con necesidades especiales, la
dificultad a la hora de elegir una opción tecnológica para trabajar reside en
decidir cual de estas propuestas va a ser realmente útil y nos ayudará a
avanzar en nuestros objetivos, ya sean familiares, educativos o terapéuticos.
Aunque algunas plataformas han aportado soluciones a problemáticas concretas, muchas
de estas soluciones digitales en las que actualmente se trabaja no llegarán al
usuario final por diferentes motivos: precio alto, dificultad de uso, etc. Es
por eso que hay que conocer el recurso a fondo y valorar sus opciones.
En esta
línea, hoy os queremos hablar de Robot – TEA, una propuesta
que creemos que cumple muchas de las condiciones para ser una herramienta real,
útil y accesible para trabajar las habilidades socioemocionales con personas
que presentan dificultades para conectar y/o relacionarse con su entorno.
Su objetivo
principal es la intervención con robots como conectores con el entorno para
trabajar y mejorar la relación de las personas con trastorno del espectro del
autismo (TEA) con su entorno y mejorar su calidad de vida y la de sus
familiares.
La idea
surgió de la mano de Marcel García, Isabel Jiménez Gallardo y Marta Marcet hace
más de diez años. Su interacción con personas con trastorno del espectro del
autismo le planteó la necesidad de buscar una herramienta que le permitiera
trabajar las habilidades sociales mediante la intervención multisensorial con
robots, más concretamente con Marta y Rosa, dos robots que estimulan al usuario
de forma visual, auditiva y táctil.
De esta
necesidad surgió una segunda, la importancia de validar la herramienta. Así
iniciaron un estudio para recoger los resultados que se iban consiguiendo en
las diferentes intervenciones y poder valorar la mejora en la rehabilitación de
las habilidades socioemocionales.
El estudio,
que se inició en 2011, consta de dos fases y se ha realizado con niños y
adultos con TEA y entre 4 y 23 años. En la primera fase se invita al usuario a
elegir un juguete y en la segunda fase se le propone interactuar con el robot
propuesto. Los resultados, nos comenta Marcel, son muy distintos. En la primera
fase los usuarios interactúan con el juguete de forma individual, mientras que
en la segunda fase la interacción con el dinosaurio facilita la comunicación
con su entorno. No es un proceso automático, la mejora se realiza a través de
las sesiones adaptando el robot a las necesidades del usuario.
El proceso no
ha sido fácil, con cada usuario se probaron diferentes tipos de robot hasta
encontrar el que mejor respondía a sus necesidades. Entre otros trabajan con
Bee Bot, UBTECH Alpha 1S, Pleo y MyKeepon. Las intervenciones se realizan en
los domicilios familiares a fin de trabajar en un entorno conocido y relajante
y no introducir un elemento de estrés a la sesión. La intervención se
estructura en sesiones de 45 minutos una vez por semana y la duración
aproximada de las intervenciones ha sido aproximadamente 18 meses. Actualmente
el estudio continúa y se siguen
recogiendo datos para conseguir una conclusiones más documentadas.
La labor de
Robot-TEA se ha diversificado en este último tiempo, realizando validaciones de
robots a nivel de software y hardware de diferentes marcas, de algunos
desarrollados específicamente para personas con TEA y otros que, aún siendo
creados como objeto lúdico, pueden ser adecuados para realizar este tipo de
intervención. La verdad es que es una propuesta muy interesante que puede abrir
nuevas posibilidades a la hora de incidir en la mejora de la relación con el
entorno. Os recomendamos visitar su espacio web y conocer más en detalle su
experiencia.
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