«Ves
cosas y dices
¿por
qué? Pero yo sueño cosas que nunca fueron y digo,
¿por
qué no?».
George Bernard Shaw
¿Os
ha pasado alguna vez que, al charlar con alguien, os parece que
podríais adivinar que es lo siguiente que va a decir? O que no
puedes parar de asentir con la cabeza a cada frase que dice porque es
exactamente lo que sientes, lo que piensas, lo que opinas. A veces es
algo mágico, es una conexión, un instante en el que te das cuenta
que aquella persona y tu habéis recorrido parte de un mismo camino.
Esta
es la conexión que, a menudo, se crea entre madres con niños con
diversidad funcional, y no sabría decir como, pero ocurre. A medida
que voy conociendo a diferentes madres, más experimento esa
sensación, que todas llevamos los mismos zapatos o muy similares. Y
lo que más me gusta es que son encuentros en los que podemos
compartir experiencias, aunque están tan cerca de las nuestras que,
a veces, es como mirarnos ante un espejo.
En
estas ocasiones opinamos, discutimos sobre las cosas que no funcionan
correctamente, en las que podemos compartir las cosas que nos
preocupan, pero en los que, sobretodo, buscamos soluciones y recursos
para solucionar las dificultades. En eso estamos de acuerdo, quejarse
no es la solución, es el principio del proceso que nos ayudará a
mejorar las cosas.
Mujeres
con diferentes trayectorias personales y profesionales, con
diferencias culturales y sociales pero que han decidido no rendirse,
personas luchadoras que han decidido plantar cara al autismo, que han
iniciado proyectos vitales en los que ponen toda su energía y
esfuerzo para conseguir que sus hijos tengan el derecho de encontrar
su lugar en el mundo. Que siguen reclamando derechos legítimos para
cualquier niño, concienciando a una sociedad muy poco preparada para
aceptar la diversidad, luchando contra un sistema educativo
excluyente que aboga por una inclusión en algunos casos inexistente.
No
son "superwomans", ni personajes fantásticos, son madres. Algunas de
ellas lideran proyectos en la red en los que comparten lo aprendido,
aportan su experiencia personal y son referentes positivos para otras
familias en la misma situación. Mujeres que a
diario se preguntan “¿por qué no?” y siguen avanzando para
conseguir que lo imposible sea cada día un poco más posible. Sabemos que
no es fácil, pero de lo que estamos seguras es de que es necesario
intentarlo.
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