El
día se tiñe de azul y el aire huele a primavera. Va a ser un día
muy especial en el que el autismo se hará visible ante la sociedad y
durante el cual muchas personas conocerán el trastorno por primera
vez.
A
todas esas personas les
quiero pedir que, más allá de tríadas diagnósticas y
discapacidades, vean personas. A menudo nos centramos en analizar las
dificultades y mientras nos perdemos lo mejor de cada una de las
personas que se esconden bajo la etiqueta. Les pediría que por un
momento le den la vuelta y conozcan la gran cantidad de capacidades
que poseen, la riqueza que a todos nos aporta vivir con personas
diversas, con y sin diversidad funcional.
También
les explicaría el trabajo que realizamos las familias para conseguir
una vida normalizada para nuestros hijos, una escuela inclusiva que
trabaje para ofrecerles la mejor oportunidad educativa, una sociedad
abierta capaz de convivir con la diversidad, que les permita formar
parte de ella. Somos muchos los que trabajamos para que esta
inclusión escolar, social y laboral sea una realidad y lo
conseguiremos, de eso no tengo duda, pero para ello necesitamos
cambios.
“Las
personas tienen miedo de los cambios. Yo tengo miedo de que las cosas
nunca cambien” (Chico Buarque). Trabajamos para generar los cambios
educativos, sociales y laborales que permitirán que nuestros hijos
puedan encontrar su lugar en el mundo y os invitamos a formar parte
de este proceso. Gracias.
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