De
nuevo en casa, intentando deshacer la maleta que se resiste a ser
vaciada. Este fin de semana volvimos a Salamanca para participar en la III Jornada de Buenas Prácticas que organiza el CITA. Siempre lo digo y es que siempre me pasa, traigo la maleta
llena hasta los topes. Y es que una jornada en el CITA, es sinónimo
de cargar pilas, de risas, de nuevas ideas y de reflexión. Nos une
la emoción y la pasión por educar, pero también por compartir y
aprender.
Este
año ha pasado más rápido o ¿ha sido una impresión mía? La
verdad es que el tiempo vuela entre unas cosas y otras, pero el
poquito que teníamos lo disfrutamos a tope. Las primeras sorpresas
fueron los reencuentros con muchos amigos con los que la
presencialidad es un lujo y con quienes compartimos las novedades de
cada uno. Las desvirtualizaciones fueron el segundo momento genial
del día. Para aquellos que vivimos tan intensamente la virtualidad,
poder disfrutar de un ratito de vida 1.0 es un regalo.
Al
igual que en la jornada anterior, la pena que me llevo es no haber
encontrado el superpoder de multiplicarme y haber visto todas las
buenas prácticas que se presentaron, pero por otro lado, así me
quedan las ganas de volver para verlas en la próxima ocasión.
Gracias,
a la organización del CITA por seguir apostando por un modelo
educativo a pie de aula, con experiencias reales y hechas con toda la
ilusión y las ganas posibles. A los participantes, gracias por
volver un año tras otro y seguir teniendo las ganas de compartir y
aprender. Y a los ponentes gracias por enseñarnos tanto, no solo a
nivel educativo sino a nivel humano, hay tantas experiencias que
valen la pena!
Fue un
placer poder presentar nuestro nuevo proyecto allí, el Proyecto Clics, formar parte de la jornada, esos momentos hay que
atraparlos y así haremos mientras podamos. Un besazo a tod@s
y hasta la próxima! :)
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